Un poema dedicado a mi amiga y escultora murciana, Elisa Séiquer, fallecida en Junio de 1996.
Voy a escribir este blog a salto de mata, como ha sido mi vida: catarata llena de saltos, ora remanso, ora muerte, ora resurrección y vida. Sonrío y río porque mi cuerpo me lo permite. Y no dejaré que nadie se adueñe de mi suerte, para no dar opción al hurto de lo más preciado: mis ganas de seguir luchando.